Qué rápido sigue volando el tiempo! Una perogrullada! Ahora ya hemos vuelto a casa, apenas habíamos tomado un vuelo desde Marsella para esquivar por cinco días la rutina diaria. Barcelona! Al principio no habíamos planificado cinco días, solamente tres. Pero entonces vino la sorpresa. Nuestra vuelta había sido aplazada por dos días. De eso Vueling, una la linea aérea que todavía no conocíamos del todo, nos había informado con un correo electrónico, pero yo no lo había registrado en mi mente. Luego imprimí las Boarding Cards y di los suyos a mi mujer que los miró un rato y luego gritó, sobrecogida – Pero, qué es eso? Pensaba que volveríamos el 3 de diciembre pero aquí en el ticket está escrito el 5! – Era cierto y yo no lo había visto! Llamé el Hostal Goya, donde habíamos hecho una reserva por tres noches. Si, si, era posible quedarnos dos noches más, no era problema.
Así llegamos el viernes, 30 de noviembre, por la tarde después de un corto vuelo, a Barcelona, El Prat. Lo habíamos preparado todo con Internet: con Aerobus del aeropuerto a la Plaza Catalunya, el centro de la ciudad. Allí un momento de orientación y entonces cinco minutos caminando al Hostal Goya, que había elegido por causa del nombre del pintor espanol a quien aprecio tanto y por causa de su ubicación. Un joven hombre nos acogió con gran amabilidad y se explayó durante treinta minutos sobre todos los monumentos que podríamos visitar caminando desde el hostal. También intentó vendernos billetes por el Bus Turistic pero le explicamos que los compraríamos en el bus, que sabíamos que había dos empresas y que intentaríamos obtener un descuento para mayores. Luego el joven nos mostró nuestra habitación que era conforme a lo esperado y nos gustaba bien hasta que, por la noche, teníamos bastante frío y nos enteramos que la calefacción no funcionaba correctamente. Pero ya estamos muy cansados después de nuestro primer paseo en la vecindad navidena del hostal y en en barrio gotico, así que conseguimos conciliar el sueno aunque tiritamos de vez en cuando de frío pese a los mantos.
Y sonaba que mi reloj de pulsera perdió sus agujas . Simplemente cayeron en el suelo mientras del centro del reloj asomó una hormiga que salió corriendo de un agujero y desapareció en mi cama. Qué quería significar eso? Yo no soy supersticioso y cuando creo que algo tiene sentido siempre estoy dispuesto para darle una significación positiva. Tal vez debiésemos por una vez simplemente olvidar el tiempo, no contar las horas y sencillamente aprovecharlas, integrarnos como hormigas en el ingente hormiguero de esa ciudad y tratar de sentirnos a gusto. Hicimos un esfuerzo y hicimos lo mejor que pudieramos.Por la manana siguiente, tras quejarnos por la calefacción estropeada y la posibilidad de cambiar la habitación por otra con bastante calor, nos precipitamos en la muchedumbre navidena. Por primero, la Rambla. Visitamos una maravillosa exposición de pesebres en una iglesia y luego como programa de contraste el marcado La Boquería, donde nos asombró enormemente la oferta de frutas, verduras, pescado y carne. Nunca habíamos visto algo semejante. Y finalemente alcanzamos el Mirador de Colom y la mar. En todas partes había palmeras que armonizaban excelentemente con el sol brillante.
Atravesando la muchedumbre en las calles estrechas alcanzamos la catedral que nos acogió con calma y gansos. Es una belleza! Y afuera había el mercado navideno cuya oferta no se distinguía de nuestros mercados en Francia y Alemania. O si? Entre las figuras de nacimiento estaban en cada tenderete, cada puesto, pequenos hombrecitos con gorras rojas acuclillados con el culo sin vestir para cagar. Otra figura era un hombre haciendo pis con un chorro bien visible. Seguramente, había también los tres Reyes Magos con y sin camelo y muchas otras cosas.
Y entonces vino la gran aventura por la que de veras habíamos viajado a Barcelona. Tuvimos la idea porque nuestra amiga electrónica y poetica Pili, a quien ya conecíamos desde hace más de un ano, había más de una vez expresado el deseo de conocernos personalmente. Le dio mucha ilusión que le informamos que nos habíamos decidido a pasar algunas días en Barcelona y encontrarla. Luego ya no tuvimos noticias suyas hasta unos días antes de nuestro viaje. Se la había operado, estaba de baja y por eso no podría venir encontrarnos en Barcelona. Pero tal vez pudieramos contactarnos con Gabriel M., que conocíamos por nuestro foro Letrasyalgomás. Así habíamos enviado un E-Mail a Gabriel M. y él estuvo dispuesto a encontrarse con nosotros.
Y se volvio una experiencia maravillosa, aunque Gabriel y Dolo sean treinta anos más joven que nosotros. Vinieron a nuestra hostal para encontrarse con nosotros y no los estorbaba que estábamos alojados al lado de la Mafia. Luego pasamos la noche cenando juntos en un pequeno restaurante bonito en una callejuela aledana de la Via Laietana. Conocerlos era sin complicaciones, sintiendonos enseguida como si nos conociéramos desde hace muchos anos. Teníamos muchas cosas en común como por ejemplo la poesía, que Gabriel y yo publicábamos en el mismo foro, pero también cosas personales y familiares. Gabriel y Dolo tienen una nina autística y nosotros tenemos un hijo con síndrome Downs. Así pudimos intercambiar nuestras experiencias. Después de la cena nuestros nuevos amigos nos invitaron a un paseo en auto en la Barcelona nocturna, así que volvimos al Hostal Goya a las dos de la madrugada. Qué maravillosa noche! Nos prometimos que quedaríamos en contacto y volveríamos a vernos muy pronto.
El domingo aprovechamos la ocasión para visitar algunos de los monumentos de la ciudad con un Hop-on Hop-off Bus de que hay dos empresas, pero sólo una, Barcelona City Tours, que admite un importante descuento a los mayores como nosotros, sobre todo si se compra un billete por dos días. Y encima hay aun muchos descuentos para monumentos, eventos, restaurantes etc. Así no hubieramos necesitado comprar una Barcelona Card en internet, que igualmente proporciona descuentos y gratuidades y facilita los desplazamientos con los transportes publicos gratúitos. De verdad habíamos invertido demasiado. La proxima vez estaremos informado.
Así que rápido subimos a los asientos arriba al aire libre, donde ya se apresuraban los turistas internacionales aunque allí hacía bastante frío y había mucha corriente. Primero habíamos elegido la Ruta Verde, que nos transportaba a lo largo del mar hacia el norte, luego de nuevo hacia el centro de la ciudad, pasando delante de los Twin Towers y la torre el Agbar, que se erige al cielo como un pene multicolor. Bajamos a la Basílica de la Sagrada Familia, porque queríamos absolutamente visitar esta famosa iglesia tan característica de Barcelona. Pero el gentío, las apreturas, toda esta gente tratando de entrar en la basílica, formando largas colas en las calles y en el pequeno parque! Todo eso era inimaginable! Después nos enteramos de que era el primer domingo de diciembre y que cada primero domingo del mes la visita de los monumentos no cuesta nada. Sacudiendo las cabezas y desilusionados nos contentamos con mirar las fachadas exteriores que eran bastante desfiguradas por andamios y sendas grúas gigantescas más altas que las torres de la basílica. Era por cierto una obra permanente como la catedral de Colonia. Y todo se ve ahora en nuestras fotos.
Bien, subimos rápido al proximo bus turístico del que bajamos al Parc Güell, donde comenzó nuestra visita modernista y el encuentro con las casas y construcciones de Gaudí. Merecía la pena pese a la muchedumbre que se apresuraba también aquí ya en la calle estrecha que va monte arriba desde la parada del bus y en las escaleras a los lados del célebre dragon, pero que se perdía en el parque. Nos gustaba la vista de las edificios y sobre la ciudad hasta el mar. Después nos dejamos llevar al puerto olímpico donde por recomendación de nuestros amigos cenamos pescado en un restaurante distinguido. Bueno y caro! El Bus City Tour, nos llevó de vuelta a la Plaza Catalunya. Exhaustos y refrescados pasanos una secunda noche en nuestra habitación con calefacción estropeada.
Lunes. Hoy tomamos la Ruta Roja. Hacia el sur al bordo del mar y monte arriba al Parc de Montjuic, donde queríamos visitar la Fundació Miró. Pero no nos habíamos enterado que la mayoría de los museos está cerrado el lunes. Lo mismo con el Museo Nacional d’Art de Catalunya. No se puede hacer nada! Ni siquiera me dejan ir a los servicios, a mi mujer si, a mi no! Pero después de una excelente vista de arriba sobre la Plaza de Espanya, volvemos a subir al City Tour Bus, pasamos en este plaza impresionante y luego por delante del Parc de l‘Espana Industrial hasta que alcanzamos el Camp Nou y el Museo FC Barcelona. No tengo vergüenza de admitir que el football no me interesa nada y que no comprendo que haya gente que se embelesa con este deporte que a mi me parece simplemente un buen negocio y una manera de desviar la atención de las masas de cosas más importantes. Panem et circenses! Probablemente es por eso que el entorno del Camp Nou, desde la parada del bus me parecía una bonita desorden bastante feo. Después pasamos un jardín en cuyo fondo divisé algo dorado brillar en el sol y mirando con más atención reconocí una escultura femenina sin brazos y sin cabeza pero con alas como un ángel. Me hubiera gustado sacar un foto pero el bus pasaba demasiado rápido. Esta figura me reconcilió con lo feo deportivo.
Bajamos del bus a la Pedrera, para visitar la azotea, l’Espai Gaudí y El Piso. Aquí no era cerrado el lunes. Todo maravilloso! Caminando llegamos al proximo encuentro con el modernismo de Gaudí, la Casa Batlló y luego volvimos al Hostal Goya para descansar un poco en nuestra nueva habitación bien calentada. Después de la caida de la noche caminamos de vuelta a la Casa Batlló, donde queríamos sacar fotos de la iluminación. Y terminamos el día on una cena sabrosa en un restaurante muy agradable, El Taller de Tapas, donde afortunadamente para mi mujer la puerta no se quedaba abierta todo el tiempo como en muchos locales y así estábamos protegido de los corrientes de aire.
Martes. Último día. Para continuar nuestra visita al modernismo con el Museo del Modernismo Catalá, donde los objetos expuestos eran bastante maravillosos como para seducirnos a sacar algunas fotos pese a la prohibición de hacerlo. Luego el Museo d’art Contemporani de Barcelona figuraba en nuestro programa. Decepción ya que precisamente este museo no cierra el lunes sino el martes. Pues seguimos adelante al Palau de Música Catalana, que es una de las salas de conciertos más singulares y un punto culminante del modernismo catalán.
Así nuestra visita a Barcelona se ha vuelto en un viaje al arte, en primer lugar al modernismo, un viaje que podemos encomendar a todos nuestros amigos. Y como hay tantas cosas que no pudimos visitar, Barcelona pronto se encontrará de nuevo en nuestro programa.
Miercoles. Las agujas de mi reloj volvieron a tener importancia. Con el Aerobus al aeropuerto, vuelo a Marsella con Vueling, vuelta con nuestro VW bus a nuestra casa en la Alta Provenza, donde nos ha acogido el invierno con nieve y helada.
